Hay muy buenas razones para hacer ejercicio: es una herramienta que permite modificar la composición y las proporciones del cuerpo; es una forma de liberar estrés; permite mejorar el rendimiento físico en todos los renglones y, además, brinda un espacio de socialización con personas que tienen intereses afines.
Pero la más importante de todas, cuando se mira la cuestión desde una perspectiva amplia, es que ayuda a evitar enfermedades cardiacas, obesidad, diabetes y demás padecimientos que tienen un costo enorme, tanto en términos del sufrimiento personal de quienes las padecen como económicos.
La mala noticia
La Organización Mundial de la Salud acaba de compartir un comunicado que debería tomarse con mucha seriedad. Según este organismo, a menos que se incrementen los esfuerzos para promover la actividad física alrededor del mundo, para el año 2030 habrá 500 millones de personas más que sean diagnosticadas con estos padecimientos, conocidos como enfermedades no transmisibles.
El impacto económico de esto asciende, dicen los expertos, a 27 mil millones de dólares por año. “Necesitamos que más países aceleren la implementación de políticas que permitan a las personas ser más activas ya sea caminando, montando bicicleta, practicando deporte o realizando otras actividades físicas”, afirmó el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la organización.
La buena noticia
Si estás leyendo este artículo, es más, si has leído cualquier artículo de este sitio, con toda seguridad eres una persona que realiza algún tipo de actividad física y tienes interés en mejorar tanto tu salud como tu rendimiento. Por eso, felicidades. Si continúas así, podrás escapar de la terrible estadística que comparte la ONU. Pero lo realmente importante es que puedes ser un agente de cambio e impactar de forma positiva a quienes te rodean.
El mensaje clave es que no sólo se trata de lucir mejor o ser capaz de utilizar tu cuerpo de diferentes maneras. Ambas cosas son muy agradables y son parte de lo que nos mantiene constantes en el entrenamiento, pero la clave aquí es una cuestión de longevidad. Si lo que deseas es vivir tanto y tan bien como sea posible, el ejercicio es esencial. La actividad física regular reduce el riesgo de una muerte prematura en 20 a 30%, según datos de la ONU.
¿Qué puedes hacer tú? Invita a tus familiares y amigos a que te acompañen a entrenar. Pero ten en cuenta que quien tiene que adaptarse a sus condiciones eres tú. No sirve de nada que alguien que corre seis veces por semana invite a su tía a hacer medio maratón a 4:40 minutos por kilómetro. Comenzar desde cero es duro y puede ser intimidante, pero si te tomas la molestia de estar ahí con esa persona, es mucho más probable que adquiera el gusto por el entrenamiento y eventualmente comience a progresar por su cuenta. El primer paso es dejar atrás la inactividad, la intensidad viene después.
Caminar es una buena opción, así como hacer algunos ejercicios de peso corporal. Hazlo por esas personas a las que quieres. Si tienen dudas, diles que nos manden un mensaje directo vía Instagram a @weriseproject_.