Todos conocemos a alguien que se rehusa a arrancar una sesión de entrenamiento si no tiene consigo un par de audífonos y su playlist favorita. Podrá parecer una exageración, pero estas personas no están del todo equivocadas. Escuchar música, específicamente canciones elegidas por uno mismo que tengan un tempo similar al de la actividad que va a realizarse, puede mejorar el rendimiento.
La música y el ejercicio van de la mano como el pan y la crema de cacahuate. No hay gimnasio que no cuente con un sistema de sonido y si vas a algún parque público verás que la mayoría de la gente porta audífonos al correr. Esta asociación ha llamado la atención de los científicos desde hace décadas. Uno de los más grandes expertos en este tema es el Dr. Costas Karageorghis. Junto con su equipo ha estudiado los efectos de la música en el rendimiento físico. A continuación te contamos lo que han encontrado.
Beneficios de escuchar música al entrenar
Antes de empezar
Ponerte los audífonos mientras caminas rumbo a la sala de pesas o te amarras las agujetas antes de empezar a correr es una forma de prepararte para la acción. Según los investigadores, esto genera una excitación que impacta tanto en el aspecto psicológico como el fisiológico. No es una casualidad que tus atletas favoritos porten audífonos cuando van rumbo a las prácticas o partidos. Si les funciona a ellos, seguramente te funcionará a ti.
Durante la actividad física
Hay tres factores que se ven alterados de forma positiva cuando escuchas música al entrenar: el índice de esfuerzo percibido, la eficiencia energética y la capacidad de trabajo.
Podríamos ahondar en cada uno de estos conceptos (si quieres conocer las definiciones a detalle haz click aquí) pero, en resumidas cuentas significa que tu percepción del esfuerzo que realizas será menor que si no escucharas música; usarás menos energía para avanzar y serás capaz de lidiar con una mayor carga de trabajo.
Al terminar
El ejercicio genera estrés y tu cuerpo no sabe distinguir entre aquel que proviene de una junta importante con el director de la empresa y el de una sesión de HIIT. Es por eso que debes poner mucha atención a la recuperación. Además de técnicas como los masajes con foam roller, el sauna o los tanques de flotación, la música puede ser un gran aliado. “La música tiene la capacidad de aliviar el estrés y mejorar el estado de ánimo, ayudando a la recuperación”, afirman el Dr. Karageorghis y sus colegas de Brunel University. Su estudio fue publicado en International Review of Sport and Exercise Psychology.
¿Cómo funciona?
Hay un aspecto objetivo y otro subjetivo en cuanto a la selección de la música que escucharás. En cuanto a lo primero, si quieres beneficios en lo que se refiere al entrenamiento de resistencia, deberás elegir las canciones con base en el tempo, de manera que se sincronice con la acción que vas a llevar a cabo.
En este sentido es muy importante el concepto de cadencia. En el running esto se refiere a la cantidad de pasos que das por minuto. No existe una cadencia ideal, ya que esto depende de las condiciones de cada corredor, pero la recomendación general es que esta se aproxime a 180 pasos por minuto. Si seleccionas canciones que tengan un tempo de 180 beats por minuto o poco menos, esto te ayudará a perfeccionar tu técnica, además de los beneficios que viste más arriba.
El otro aspecto está relacionado con tu gusto personal. Que seas tú quien elija la música es importante porque los beneficios psicológicos dependerán de que te agrade lo que escuchas. Puedes encontrar una canción que tenga el tempo perfecto para tu sesión, pero si no te gusta, no te sentirás cómodo y si no te sientes cómodo no rendirás al máximo.
Los beneficios no se limitan al entrenamiento de resistencia. En otro estudio, los mismos autores revelan que la música genera un efecto que mejora el rendimiento retrasando la fatiga o incrementando la capacidad de trabajo, lo cual puede brindar resultados mejores que lo esperado en fuerza y potencia también.
¿Qué sucede en el cerebro cuando escuchas música al hacer ejercicio?
Investigaciones de MIT han revelado una capacidad del sistema nervioso que los científicos llaman “time form printing”, esto es algo que has experimentado muchas veces: al ejecutar patrones repetitivos de movimiento, sólo necesitas poner atención al principio, una vez que “agarras el ritmo”, es decir que la forma y frecuencia del patrón se han establecido, puedes dirigir tu atención a otra cosa. La música promueve esto en tu cerebro. Eventualmente, tu cuerpo seguirá el patrón de los beats de la canción sin que tengas que pensar en ello.
En resumen
Escuchar música mejora el rendimiento físico. Te explicamos cuáles son los beneficios de hacerlo antes, durante y después de tu sesión, no importa si la actividad que vas a realizar es de fuerza o resistencia. El impacto que genera la música es tanto psicológico como fisiológico y puedes maximizarlo al elegir canciones que tengan un tempo equivalente al de las acciones que llevarás a cabo.
Te dejamos la lista de reproducción para correr del experto Costas Karageorghis de Brunel University: