El asfalto se extiende como una alfombra negra hasta el horizonte. A ambos lados, justo en los bordes, hay una fila interminable de hendiduras profundas. Están diseñadas para hacer vibrar los neumáticos de los autos, avisando a los conductores cansados que están por salirse del camino. Más allá de los confines del pavimento, sólo hay polvo, arena y piedras.
Salvo por los matorrales que pueden verse a la distancia, este paraje luce completamente inerte. Si uno pasa suficiente tiempo aquí, eventualmente presenciará algo que parece extraído de una caricatura: empujada por el viento, una pelota de ramas secas, lo que en inglés se conoce como “tumbleweed”, cruzará el camino.
No spectators
Este punto, ubicado cerca de la línea imaginaria que divide a California de Nevada, unos cuantos kilómetros adelante del pueblo de Primm, forma parte de la ruta oficial de uno de los eventos atléticos más emocionantes y menos conocidos del mundo. Ninguna de las dos cosas es un accidente.
Lo primero obedece a la premisa de la prueba, un concepto tan simple como descabellado: correr, en equipo y a manera de relevos, desde el muelle de Santa Mónica, muy cerca de Los Ángeles, hasta el letrero que da la bienvenida a la ciudad de Las Vegas. Son, a menos que uno quiera experimentar con la ruta, 335 millas o, para quienes vivimos de este lado del Río Bravo, 540 kilómetros. Ah, y el punto no es sólo acabarlo, sino hacerlo tan rápido como sea posible.
Lo segundo se debe a que este evento no se publicita. No lo verás anunciado en revistas, espectaculares ni mucho menos la televisión. Es un proyecto semiclandestino que a pesar de tener 10 años de existencia y de convocar a atletas de muy alto nivel, ha conseguido mantenerse lejos del mainstream. Todo lo que tiene que ver con él es difícil: completarlo, por supuesto, pero incluso inscribirse o simplemente enterarse de los detalles. En una era definida por la obsesión colectiva con los reflectores, donde tantos están dispuestos a hacer lo que sea con tal de obtener exposición, The Speed Project navega contra la marea.
TSP es obra de Nils Arend. Aunque su acento delata sus raíces teutonas, su aspecto y actitud son tan californianos como tomarse una Coca-Cola en Venice Beach. Es él quien recibe a los equipos durante la charla de orientación que tiene lugar un día antes del arranque de la carrera. “Queremos que el evento sea ‘dope and safe’ (chévere y seguro)”, afirma, y hace énfasis en que lo más importante no es el tiempo ni la tabla de posiciones, sino “que todo el mundo llegue sano y salvo a Las Vegas”.
Al hablar sobre los orígenes de TSP, Nils explica que nunca sintió como que encajaba en la escena tradicional del running. Lo que él quería era ponerse a prueba fuera de los eventos típicos, los 10K y maratones locales. Su solución fue plantearse algo tan loco que sólo quienes compartieran su espíritu aventurero y rebelde estarían dispuestos a hacer. Junto con cinco amigos, tres hombres y dos mujeres, fue el primero en recorrer la ruta. Hoy la categoría principal de TSP, llamada OG, tiene precisamente esta configuración. A pesar de la dimensión que ha alcanzado, el evento mantiene el espíritu de una reunión entre amigos, sólo que aquí los amigos son cientos de corredores provenientes de todos los rincones del planeta.
Una aventura memorable
No es fácil convencer a cinco personas de liberar su agenda durante cuatro días, trasladarse a Los Ángeles, rentar una casa rodante o RV y someterse junto contigo a la exigencia que implica un reto de esta magnitud. Quienes vienen aquí no son individuos normales. Esto es tanto un halago como una descripción precisa. Si llegas hasta aquí es porque tienes el deseo de hallar tus límites y luego dejarlos atrás. TSP te lleva, literal y metafóricamente, a lugares en donde nunca habías estado.
A diferencia de este mismo mes en otros años, el clima de hoy, 25 de marzo, es frío, lo suficiente para que el pavimento se mantenga templado a pesar de recibir los rayos del sol directamente durante horas. La línea blanca que delimita el carril derecho resplandece cuando la golpea de pronto el pie de Mauricio Méndez. Es una zancada de manual: la mirada al frente, el pecho erguido, los hombros relajados y el punto de contacto con el suelo justo debajo del cuerpo. “Mau”, uno de los atletas de resistencia más destacados de México (fue campeón mundial de XTERRA en 2016 y tiene 2:18:36 en maratón), corre a bordo de unos Adizero Adios Pro 3, el buque insignia de adidas.
Este calzado es lo que ocurre cuando le brindas un presupuesto ilimitado, de esos que sólo las compañías más grandes de sportswear pueden permitirse, a un grupo de ingenieros y diseñadores brillantes con la instrucción de que construyan el modelo definitivo para largas distancias. Ubicada al centro de la espuma de última generación (adidas la llama Lightstrike Pro), hay una estructura de carbono, un material muy resistente que se dobla y, al recuperar su forma durante la zancada, impulsa al corredor hacia el frente. El upper es extremadamente ligero y el diseño, que combina cortes afilados en la espuma con colores llamativos, recuerda a un auto de carreras.
“Conocí una cara de la felicidad que representó por un breve momento dejar de ser Mau y convertirme en un cachito de cada uno de los presentes, un equipo impecable”.
Mau Méndez
Aunque sonríe y luce cómodo, para estos momentos Mau lleva ya decenas de kilómetros en las piernas. Es uno de los seis locos que se sumaron al equipo adidas Runners para enfrentarse a TSP y poner a prueba los productos de la marca de Herzogenaurach. Los otros cinco son Diego Chávez, ultramaratonista, triatleta y el responsable de plantear el proyecto en primer lugar; Reyna Rivera, una corredora excepcional, conocida en este mundo como “Queen”, quien tras entrenar durante sólo dos años comenzó a coleccionar podios; Iñaki Cabo Alonso, el más joven del grupo y otro corredor cuya técnica impecable lo hace ver como si flotara con suavidad por encima del pavimento; Sebastián Christlieb, el único padre de familia y un hombre tan rápido como es amable, y Norma Morales. Proveniente de Hermosillo, esta aguerrida maratonista no dudó ni un instante en sumarse al reto, a pesar de que fue convocada apenas unos días antes del arranque.
Para todos es la primera vez en TSP. Algunos de ellos ni siquiera se conocían previo a esta experiencia, pero si todo sale bien –algo que se dice fácil pero que requiere de buena fortuna y de mucho esfuerzo tanto de parte de los atletas como del crew que los acompaña–, terminarán en el podio. Ese ha sido el objetivo desde el primer momento. En las juntas previas, tanto presenciales como vía Zoom en México, los seis atletas, con el apoyo del coach de adidas México, Israel Sánchez, y algunos veteranos de TSP, diseñaron una estrategia que les permitiera dar un golpe de autoridad.
El paso promedio al que planeaban correr toda la prueba es de 4:00 min/km, aunque si ves el reloj de Mau ahora mismo, te dirá que está más cerca de 3:30 min/km. Una palmada a Diego, quien espera a un costado del auto, indica el relevo. De físico magro y potente, él fue el encargado de dar inicio al recorrido hace más de 25 horas bajo las luces del icónico muelle de Santa Mónica. En sus descansos no ha sumado más de un par de horas de sueño pero luce como si pudiera hacer esto todo el día. De hecho tendrá que hacerlo. El crew que se desplaza en el segundo vehículo ya les avisó que el equipo londinense está cerca. Han intercambiado el liderato media docena de veces y el equipo mexicano hará todo lo posible para que no vuelva a ocurrir.
La fuerza de la comunidad
La casa rodante está sorprendentemente limpia a estas alturas y no huele a lo que te imaginarías tratándose de seis cuerpos sudorosos que no han visto una regadera desde hace dos días. Las tres camas e igual número de sillones, además del tapanco que permite recostarse en la parte superior de la cabina, han sido el área de descanso del equipo. En los tramos largos que ya quedaron atrás, mientras uno de ellos corría, los otros hacían lo posible por comer, hidratarse y dormir. Esto último no es una tarea sencilla, considerando la adrenalina que genera el evento y el inevitable bullicio de risas, platos y teléfonos celulares.
A diferencia de otros equipos, estos seis atletas están aquí gracias al apoyo directo de una de las marcas más importantes en el mundo del running. A donde voltees dentro del RV verás una prenda, un termo o un calzado con las tres franjas que distinguen al gigante alemán. Además de los Adizero Adios Pro 3 que todos utilizan en los tramos más rápidos, en los rincones hay pares de Adizero SL, un modelo sin placa de carbono, pensado para entrenamientos largos, y de Ultraboost Light, el miembro más reciente de la icónica familia UB, ideal para recuperación.
Nadie ha tenido tanto éxito como adidas en lo que se refiere a construir una comunidad de corredores en México. Si vives en la capital y te gusta este deporte, con toda seguridad has participado en alguno de los “Splits”, las carreras que organizan y que ayudan a los runners a prepararse de cara al maratón CDMX. No importa el ritmo al que corras, tu género u origen, la marca te hará sentir bienvenido. Esa es la razón por la que miles de personas sienten una afinidad especial por ella y acuden a sus eventos y lanzamientos.
“no existe reto ni desafío imposible de cumplir. Nunca es tarde para emprender una aventura. La vida está conformada por oportunidades y el momento es ahora”.
Norma Morales
Los seis atletas que hoy se encuentran aquí son la punta de lanza de la comunidad de adidas, auténticos monstruos devoradores de kilómetros, pero al final del día, lo que ellos hacen no vale más que los entrenamientos de un novato que apunta a terminar su primer 5K o los trotes de alguien que simplemente busca llevar una vida más activa. Unos y otros están hermanados por este deporte, el más democrático de todos, y así lo ve la marca.
La capacidad de adaptarse es la clave
Durante eventos como TSP, debes tener presente que el asunto no es si algo saldrá mal o no, sino cuándo. Son tantos los factores que intervienen y es tan prolongado el tiempo de carrera que resulta imposible blindarse ante cualquier eventualidad posible. Entre otras cosas, hay que poner atención a la logística y navegación (el crew debe llevar a los corredores al inicio de sus segmentos a tiempo y recogerlos una vez que terminan, mientras que ellos deben mantenerse alertas para no perderse a la mitad del desierto); la alimentación (necesitan energía para sus esfuerzos, pero los alimentos deben ser fácilmente digeribles y que realmente se les antojen de manera que no se olviden de comer); la hidratación (galones de agua, bebidas isotónicas, electrolitos en polvo) y la recuperación (masajes, tanto manuales como mediante botas de presoterapia o una pistola de percusión).
Podrías pasar semanas planeando cada detalle (precisamente lo que hizo este equipo), y aún así te verás obligado a improvisar en algún momento. “Es como decía Mike Tyson, ‘todo el mundo tiene un plan hasta que lo golpean en la cara’”, afirma Sebastián sobre la naturaleza impredecible del evento. Aunque en TSP no hay puñetazos, los golpes que da la ruta también pueden ser devastadores. Ayer, tras una treintena de kilómetros, todavía en California, una lesión obligó a Queen a detenerse. La frustración podía percibirse en su rostro, pero tras un momento de reflexión concluyó que la mejor manera de ayudar al equipo a partir de ese momento era convertirse en un miembro más del crew. Suena sencillo, pero ese tipo de actos, que te obligan a dejar el ego a un costado y pensar en el bien mayor, son precisamente el espíritu de TSP. “Dope and safe”, diría Nils.
“Si tuviera que resumir en una palabra lo que the speed poroject significó para mí, diría que es ‘resiliencia’”.
Reyna “Queen” Rivera
A la lesión de Queen, que afortunadamente no es grave, se suman otros contratiempos que ha debido enfrentar el equipo. Esto incluye lapsos en los que Diego e Iñaki corrieron más de lo estrictamente necesario, esto debido a ajustes en la ruta (hay que tener en mente que aquí no hay calles cerradas, escoltas policiacas ni nada por el estilo, en lo que respecta al resto del mundo este es un fin de semana normal, sólo que hay algunas decenas de locos corriendo por delante de casas rodantes a horas extrañas de la madrugada).
A tope y sin control
El desierto es testigo del avance del equipo adidas Runners. Ya se encuentran cerca (desde la perspectiva de alguien que va montado en un auto) de Las Vegas y los relevos continúan, sólo que ahora han decidido dividir los más de 15 kilómetros que restan en intervalos de 500 m. La idea es que de esta forma podrán correr a tope y tener tiempo suficiente mientras los otros cuatro corren para recuperarse y salir a hacerlo una vez más, y otra y otra… Esto se ha convertido en una muy larga y exigente sesión de sprints.
Ellos no lo saben todavía pero en algún punto, el equipo londinense decidió dejarlos ir. Aunque más que una decisión consciente, probablemente se trató de una imposición de parte de sus cuerpos. A estas alturas, la fatiga es extrema y mantener un ritmo que en otras condiciones sería cómodo se vuelve casi imposible. “NO ID” (ese es el nombre del contingente británico) ya no es una amenaza, pero Norma sigue corriendo como si estuviera en juego una medalla olímpica.
Si le hubieras dicho hace dos semanas que hoy estaría en una carretera de Nevada corriendo intervalos debajo de 3:30 min/km, probablemente no lo habría creído. Pero ahora mismo luce fuerte. Cansada, por supuesto, pero fuerte. ¿Has visto cómo la técnica de muchos corredores comienza a descomponerse cuando se sienten fatigados? Encorvan la espalda y la mirada se va al suelo. Bueno, pues eso no le ha ocurrido a Norma. Sabe que es cuestión de segundos para que Sebastián, quien da pequeños saltos de emoción 50 metros más adelante, la releve. Lo que sigue para Norma es ir de vuelta al auto, recuperar el aliento, beber algo y esperar el turno de los demás.
“El mundo exterior dejó de existir por 34 horas y lo único que importaba era el presente, los kilometros que estábamos corriendo en ese momento”.
Sebastián Christlieb
Este intercambio constante no sólo sirve para incrementar el ritmo, sino que es un recordatorio de que TSP es un esfuerzo compartido. Usualmente, los corredores piensan únicamente en su propio rendimiento. Conocen sus ritmos, están en sintonía con sus cuerpos y saben lo que son capaces de hacer. Aquí, aflojar no sólo implica fallarse a uno mismo, sino impactar también a los demás. Lo opuesto también es cierto: si consigues reunir la energía suficiente para correr un intervalo más a tope, este pequeño éxito inspirará a tus compañeros, y ellos harán lo mismo por ti. “Si ellos pueden seguir, entonces yo también”, pensarás. La energía de unos alimenta a los otros.
El Strip está a la vista y lo que queda por recorrer es casi todo de bajada, ideal para dejar el alma en cada tramo. Unos kilómetros más adelante, en el camellón donde se encuentra el famoso letrero que da la bienvenida a “la fabulosa Las Vegas” ya espera el crew, armado con botellas de champaña y serpentinas para recibir al equipo.
Queen se incorpora a 250 metros de la meta y corre a la par de sus compañeros. adidas Runners Mexico City está prácticamente solo. NO ID se quedó en un lejano tercer lugar y el primer equipo en completar el trayecto (“Daddy Braddy’s Stallions”) lo hizo hace varias horas, aunque cabe aclarar que se trata de un grupo de excampeones de TSP que juegan de local, lo cual significa que han tenido la oportunidad de recorrer la ruta durante todo el año, haciendo ajustes y recortando kilómetros.
“Para mí, TSP fue ver las estrellas al lado del camper. Estaba cansado y adolorido pero me encontré sonriente porque sabía que adentro estaba una familia nueva que acabábamos de construir”.
Diego Chávez
Hay una veintena de turistas formados para tomarse la foto de rigor bajo el letrero cuando irrumpen de pronto, exhaustos pero extáticos, los seis representantes mexicanos. Los corchos vuelan y los protagonistas de esta historia reciben un baño de champaña mientras se abrazan emocionados. El cronómetro se detiene cuando les toman una foto justo en ese sitio. ¿El tiempo oficial? 34 horas y 50 minutos. Nils y su equipo ya están ahí, listos para otorgarle a cada uno la medalla más sencilla, pero también más significativa, de sus carreras: una ficha de casino con las iniciales del evento grabadas en el centro.
Es el final perfecto para una aventura extraordinaria que los llevó a través de 490 kilómetros de calles, carreteras y terracerías. Lo más importante es que todos llegaron sanos y salvos, lograron el objetivo de meterse al podio y se marcharán a casa con una historia que querrán contarle a sus nietos. Es un triunfo también para adidas que demuestra que su tecnología es tan efectiva en la impecablemente medida y acordonada ruta de un Marathon Major como en el icónico e implacable Valle de la Muerte.
El futuro de the speed project
The Speed Project es algo tan exótico, tan radicalmente distinto de todo lo demás que existe en el mundo del running, que genuinamente sorprende que siga realizándose. Aunque el ambiente es relajado, Nils y compañía son muy claros en cuanto a ciertas cuestiones: esto es peligroso y si te distraes pagarás el precio. Más arriba hablábamos sobre el enfoque laissez-faire de parte de la organización, sin una sola medida de seguridad. Esto es simultáneamente lo que hace tan genial al evento y lo que podría ser su ruina.
Mientras que las carreras típicas, con sus cortes viales, seguros médicos de cobertura amplia y ambulancias son como una sinfonía, ejecutada a la perfección por músicos de conservatorio, TSP es punk-rock. Es la clase de carrera en la que habría participado Charles Bukowski, otro inmigrante alemán que hizo suyo el sur de California, si hubiera sido corredor. Todo esto desaparecería si mañana llegara un patrocinador corporativo con reglas y protocolos.
¿Hacia dónde irá The Speed Project en su segunda década de existencia? Probablemente no lo saben ni siquiera Nils y los suyos. Lo cierto es que estamos ante algo que marcará una época y que algunos cientos de afortunados llevarán, literalmente, en la piel durante el resto de sus vidas. Y ese es probablemente el mejor legado al que se puede aspirar.
“Personalmente, todavía no termino de dimensionar lo que se logró hacer. Es un gran checkmark en mi carrera”.
Iñaki Cabo Alonso
En cuanto al equipo adidas Runners, este éxito sin duda no será el último y es en realidad la forma perfecta de inaugurar una nueva etapa para la comunidad de corredores de la marca. Lo que hicieron Diego, Reyna, Mau, Iñaki, Sebastián y Norma quedará en la memoria de quienes seguimos sus pasos en esta aventura y de quienes, como tú, nos leen ahora. Nuestro mensaje para ellos es este: no se detengan que nunca saben a quién están inspirando.
Gracias adidas México por hacernos parte de este evento.
Fotos: Lalo Ramírez y Pino Moreno