Correr un maratón es una de esas experiencias que debes vivir por lo menos una vez en la vida. Aunque si lo haces, lo más probable es que no sea una sola ocasión. La magia del maratón está en que a pesar de que cuesta trabajo y es cansado, doloroso e incómodo en ciertos momentos, también es enormemente gratificante.
A lo largo de la ruta hay lapsos en los que te sientes libre, feliz y lleno de entusiasmo, como si pudieras continuar avanzando todo el día. Además, hay pocas sensaciones que se comparen con el sprint final una vez que la meta está a la vista y la satisfacción de colgarte una medalla por la que trabajaste tan duro.
Cuando lo hagas, lo más probable es que después de unos cuantos minutos, una vez que hayas recuperado por completo el aliento, hayas bebido algo y estés en una posición cómoda, empieces a pensar “¿cuándo es el siguiente?”.
Hay algo especial sobre correr 42.195 km, no importa dónde lo hagas. Pero lo cierto es que por sus características, algunos eventos son más emocionantes que otros. Hay seis que son considerados los más prestigiosos del mundo: los World Marathon Majors. Cualquiera de ellos prácticamente garantiza una experiencia inolvidable. Entre ellos, a nuestro parecer hay uno que destaca: el maratón de Nueva York. Si tuviéramos que escoger sólo uno, ese sería el elegido.
¿Qué tiene de especial el maratón de Nueva York?
En primer lugar, es el más grande del mundo. Con esto nos referimos al número de personas que forman parte de esta fiesta, tanto quienes corren como quienes abarrotan las calles para echar porras. En 2019, el último año prepandemia, lo terminaron 53,627 personas (como referencia, el de la Ciudad de México reune a 30 mil). Además, en cada edición, más de dos millones de personas salen de sus casas en los cinco distritos de Nueva York para alentar a los atletas.
Cualquiera que haya corrido ya un maratón te dirá que lo más sorprendente de la experiencia es ver a tantos espectadores dedicando una parte de su mañana a apoyar a desconocidos. Es una muestra de generosidad que no se ve en muchos ámbitos.
La segunda razón por la que el maratón de Nueva York es especial es la ruta. La “gran manzana” es una de las urbes más emocionantes del mundo. Es imposible caminar por la quinta avenida y no sentirse impactado por la dimensión y la cantidad de rascacielos. Si caminar esta ciudad es una de las experiencias turísticas más memorables que ofrece Estados Unidos, imagina correrla. En cuestión de unas cuantas horas habrás recorrido más distancia que si pasaras una semana caminando.
La ruta
La prueba arranca en Staten Island y luego pasa a través del puente Verrazzano-Narrows hacia Brooklyn. De ahí, los corredores avanzan hacia Queens y más adelante hacia Manhattan. Hay un tramo que se interna en el Bronx y luego de vuelta a Manhattan para terminar en el parque más famoso del mundo. Es la mejor forma de conocer todos los boroughs que componen Nueva York.
Finalmente, está la historia del evento. La primera edición tuvo lugar en 1970, toda la prueba se corrió dentro de Central Park y sólo terminaron 55 de 127 personas. A partir de entonces, el evento ha ido creciendo en convocatoria y prestigio. Se ha realizado de forma ininterrumpida desde entonces con sólo dos excepciones: 2012, cuando el Huracán Sandy azotó la ciudad, y 2020, con la llegada del covid. Los récords de ruta son 2:05:06 (Geoffrey Mutai) y 2:22:31 (Margaret Okayo).
En 2022, como cada año, se correrá el primer domingo de noviembre, es decir el día 6 en este caso. Si estás buscando una experiencia que vayas a recordar hasta el último de tus días, te recomendamos que vayas preparando tu inscripción para la edición 2023. Y si estarás presente este año, te deseamos mucho éxito y por allá nos vemos.
Aquí puedes ver una recopilación de momentos de la última edición:
