Atrévete a intentarlo: el legado de Breaking4 de Nike

Nunca una mujer había corrido una milla tan rápido como Faith Kipyegon. Así vivimos este evento desde el Stade Charléty de París.
Breaking4

Si alguna vez has participado en una carrera, sabes que ver a los elites en la ruta es todo un espectáculo. La elegancia de sus movimientos (zancadas amplias, cadencia elevada, la mirada al frente) y la naturalidad con que se desplazan nos recuerdan que los seres humanos nacimos para correr. Si nunca has vivido esta experiencia, te recomiendo encarecidamente que lo hagas. Es más, ni siquiera necesitas inscribirte a una carrera. Con salir como espectador a la ruta para ver pasar a estos extraordinarios atletas basta para quedar maravillado.

Si en algún momento has intentado algo muy ambicioso, la clase de objetivo que te asusta y emociona en partes iguales, sabes que la satisfacción no está sólo en el logro mismo, sino en el trabajo que se requiere para alcanzarlo. Esta es otra experiencia que todo el mundo debería vivir por lo menos una vez (idealmente, tantas como sea posible). Esto aplica en cualquier ámbito, ya sea que tu meta consista en obtener un puesto de trabajo muy competido, arrancar un negocio o ponerte en la mejor forma de tu vida. Busca que sea algo que en verdad te rete y te lleve a emplearte a fondo.

Breaking4: Faith Kipyegon vs. the 4-Minute Mile

Nike Faith Kipyegon Breaking4
Breaking4 fue un esfuerzo en conjunto. Sí, Faith Kipyegon estaba al centro de todo, pero cientos de personas colaboraron para que esto ocurriera.

El día 26 de junio, acudí a presenciar un evento que incluyó las dos cosas mencionadas antes: enorme capacidad atlética y valentía para perseguir un objetivo ambicioso. El nombre de la obra: Breaking4. La protagonista: Faith Kipyegon. El escenario: el Stade Charléty de París. La trama: una mujer contra el reloj, intentando convertirse en la primera de la historia que suma 1,609 m en 3 minutos y 59 segundos.

He observado muchos espectáculos a lo largo de mi vida y puedo decir con confianza que ninguno me había provocado tantas emociones. Para mí, la historia comenzó mucho antes de que tomara mi asiento frente a la pista de este recinto parisino. En el mes de febrero, se publicó un artículo científico en Royal Society Open Science. En cuanto leí el título “Could a female athlete run a 4-minute mile with improved aerodynamic drafting?”, me atrapó y lo devoré de inmediato como quien se encuentra una nueva novela de Haruki Murakami (perenne candidato al Nobel y gran amante del running). Emocionado, publiqué mi hallazgo en la cuenta de Instagram de WRP.

Dos meses después, junto con otros periodistas, fui convocado por Nike a una llamada vía Zoom. No nos revelaron el tema pero tenía un presentimiento (por supuesto, se lo hice saber a quienes me invitaron, para que quedara constancia). Finalmente, se anunció: Faith Kipyegon intentaría la milla en menos de cuatro minutos.

Faith Kipyegon entrenando

Lo que vino después fueron semanas en las que se liberaron algunos detalles poco a poco, pero una cosa estaba clara desde el comienzo: Faith no estaría sola en este intento. La marca de Oregon pondría toda su innovación al servicio de este objetivo, desde el calzado y las prendas que usaría hasta la estrategia de carrera, la selección de la pista idónea (un sitio donde Faith se sintiera cómoda, con la superficie adecuada, el clima perfecto y una diferencia de horario mínima respecto a su sitio de entrenamiento usual en Kenia).

El reto en carne propia

Los números eran apabullantes: 1,609 m en 3 min y 59 s. Esto equivale a 24 km/h o, lo que es lo mismo, 2:29 min/km. Como corredor amateur con cierta experiencia probando diferentes ritmos en el entrenamiento, tenía una vaga noción de lo que esto significaba, pero fue hasta que decidí intentarlo que comprendí a cabalidad la magnitud del desafío. Por supuesto, no me propuse correr una milla. Me bastaron un par de repeticiones de 150 m a ese ritmo (22 segundos cada una) para verdaderamente asimilar las implicaciones. Te invito a que lo pruebes, pero una advertencia: hay que calentar muy bien y deberías prepararte para que te duelan las piernas durante varios días.

El ritmo de Faith Kipyegon es demoledor para una persona normal.

Lo más emocionante de Breaking4 desde mi perspectiva era que el éxito no estaba ni remotamente garantizado. Desde el comienzo, esto se planteó como un “Moonshot”, un atrevimiento audaz de desafiar los límites. Faith lo sabía, al igual que el equipo de Nike y cualquiera que tuviera cierta experiencia practicando u observando atletismo: bajarle siete segundos y fracción a la mejor marca histórica en este evento (que ella misma había conseguido dos años antes) era una tarea titánica. Quizá no suene como mucho: dos segundos más rápido cada vuelta, pero en una prueba tan corta e intensa como esta, es una eternidad.

Cada detalle cuenta

Arriba mencioné las prendas y el calzado. Nike no se limitó a darle a Faith lo mejor que tenían y desearle suerte. Desarrollaron nuevas tecnologías basadas tanto en cuestiones técnicas (la resistencia al aire que producen diferentes materiales y formas; el incremento en eficiencia que implica reducir el peso de cada elemento que un atleta lleva consigo al correr) como en los deseos de Faith. Esto con el objetivo de brindarle soluciones a la medida que le permitieran alcanzar su máximo rendimiento. Aquí los ejemplos más notables de esto:

Nike Victory Elite FK

Hay una enorme diferencia entre los tenis con los que corremos las personas comunes y corrientes en la calle y los spikes que utilizan quienes buscan velocidad en una pista. Y hay una enorme diferencia entre cualquier par de spikes que hayas visto antes y los que Nike creó para Faith. Tuve la oportunidad de sostenerlos y escuchar a Elliott Heath, Product Expert, Nike Running Footwear, explicar a detalle sus características el día previo al intento: “No podría elegir un solo componente como el más determinante. Se trata de cómo funciona el sistema en su totalidad. Este spike es el pináculo de nuestra innovación para la velocidad con placas, espumas y aire que trabajan juntos”.

Este calzado cuenta con una unidad Air Zoom bajo los metatarsos, una placa de carbono expuesta, seis clavos de titanio y un upper más ligero que tres clips para papel. Además de estos elementos técnicos, los hay simbólicos también, y son igualmente relevantes, desde el color favorito de Faith, el morado, hasta una imagen de Nike. No hablo del icónico Swoosh (aunque claro, está presente también), sino de la diosa de la Victoria. ¿El objetivo de estos detalles? Brindarle confianza a Faith, algo que como cualquier atleta te dirá, es determinante para mejorar el rendimiento.

Nike Fly Suit

El cuerpo humano es maravilloso, pero no es perfecto, por lo menos no en términos aerodinámicos. “Cuando empezamos, nos dimos cuenta de que la piel es lenta”, me explica Amy Jones Vaterlaus VP Product Research and Innovation. “Así que nuestro objetivo era crear un sistema de velocidad de pies a cabeza para Faith. Los componentes son una banda para la cabeza, un traje y mangas para brazos y piernas”. Estos elementos son completamente lisos, salvo por una serie de elementos con forma de media esfera, llamados Nike Aeronodes, ubicados en zonas estratégicas. Lo que hacen es crear pequeños vórtices de aire detrás de Faith, brindándole un beneficio en términos de eficiencia. El traje también está diseñado para generar la sensación de libertad absoluta, algo que ella pidió de forma específica y, por supuesto, además del negro, cuenta con detalles en morado.

Nike FlyWeb Bra

Si eres hombre, quizá nunca lo hayas pensado, pero si eres mujer definitivamente lo tienes presente: la calidad y ajuste del sports bra son elementos esenciales en lo que se refiere a comodidad y rendimiento. En el Nike FlyWeb Bra ambos son perfectos. “El uso de impresión 3D no es nuevo necesariamente en el mercado del calzado”, cuenta Janett Nichol, VP, Apparel Innovation. “Pero en apparel sí lo es. Pensamos en cosas como la calidad del TPU y cuán delgado podíamos hacerlo para que fuera ligero, pero brindara soporte”. El resultado es un bra extremadamente ligero y transpirable. Por supuesto, fue creado con base en las medidas exactas de Faith, de manera que portarlo le resultara completamente natural y pudiera enfocar toda su atención en el intento.

El día de la verdad

Armada con estos tres elementos, el aliento de miles de personas que se dieron cita en el Stade Charléty y un nutrido grupo de pacers o liebres (13 en total), Faith apareció en escena. La presencia de los otros corredores, algo que resulta desconcertante para quienes no están familiarizados con el tema, tiene que ver con la reducción en la resistencia del aire, al igual que ocurre con los Nike Aeronodes del Nike Fly Suit. Al correr rodeada de otros cuerpos que se desplazan a un ritmo similar, Faith estaría protegida del aire y tendría que gastar una fracción (reducida pero significativa) menor de energía por cada metro.

Evidentemente, no se trataba de un grupo de corredores cualquiera, entre ellos se encontraban Grant Fisher y Craig Engels, por ejemplo, dos atletas que podrían mantener el ritmo requerido de 2:29 min/km con facilidad y concentrarse en apoyar a Faith.

Faith Kipyegon corre para hacer historia

Pero lo más destacado del grupo de pacers fue la presencia de Georgia Bell y Jemma Reekie. Estas dos atletas han sido rivales de Faith en muchas ocasiones, pero decidieron sumarse a este proyecto. Su presencia en ese grupo era indicativa del espíritu de sororidad detrás de la prueba. Faith era la protagonista, pero todos los ahí presentes (y también quienes se sumaron viendo la transmisión) teníamos claro que esto era mucho más que un reto atlético y que si bien es lo que daba nombre al reto, el tiempo no era lo más relevante. El punto aquí era alentar, presenciar y celebrar la valentía de una mujer que decidió atreverse a buscar su sueño.

Sin muchos preámbulos, el contingente se puso en posición y tras el disparo de salida, arrancó en busca de la historia y todos los espectadores gritamos (sí, yo también, y debo decir que es la primera vez que me ocurre. Estoy acostumbrado a observar en silencio, particularmente en momentos de tensión, pero me descubrí gritando “¡Vamos!” a todo pulmón).

Como ocurre en otros intentos por romper una marca, una línea de luces indicaba el ritmo a seguir. Durante las dos primeras vueltas, Faith se mantuvo muy cerca del pace objetivo. Cruzó la primera en 1:00.20 y la segunda en 2:00.75. Fue en la tercera, la más dura de la prueba mentalmente (estás completamente agotado, pero aún falta mucho), que el objetivo empezó a escaparse, aunque la esperanza seguía viva ya que Faith tiene la reputación de cerrar con mucha fuerza. El tiempo en esta penúltima vuelta: 3:01.84.

La cuarta y definitoria de nuevo generó una explosión de gritos. Los pacers se retiraron poco antes de la recta final para dejar a Faith avanzar por su cuenta y con el rostro marcado por el sufrimiento que brinda un esfuerzo de esta magnitud (los músculos y pulmones imploran que te detengas), cruzó la línea de meta y sujetó el listón que sostenían uno de sus mentores, Eliud Kipchoge, y la gran Joan Benoit Samuelson. Todos volteamos a ver el reloj de inmediato: 4:06:91. Tras una revisión final, este sería ajustado con mayor precisión por Omega Timing (timekeepers también de los JJOO) para quedar en 4:06:42.

Faith Kipyegon con la bandera de su país.

Faith colapsó y se mantuvo en el suelo durante varios segundos, cubierta con la bandera de su país. Con una enorme dosis de adrenalina recorriendo nuestro torrente sanguíneo y un nudo en la garganta, los miles de personas que nos encontrábamos en el perímetro de la pista esperamos que se incorporara. Lo hizo finalmente y nos regaló una sonrisa que iluminó el distrito 13 de París e incontables pantallas alrededor del mundo, desde Eldoret en Kenia hasta Ciudad de México.

Todo estaba bien. Todo estaba mejor que bien. Nunca en la historia, una mujer había corrido una milla tan rápido. Acabábamos de presenciar algo absolutamente extraordinario. Faith superó, con diferencia de 1 segundo y 22 centésimas, su marca anterior. Una mujer que nos había acostumbrado ya a las grandes hazañas (tiene cuatro medallas olímpicas y consiguió tres de ellas hace apenas un año aquí mismo en París) nos acababa de regalar la mejor carrera de su vida. Nunca nadie había corrido así.

¿Se escapó el objetivo? Sí, quedó lejos todavía. Pero ganamos algo más valioso que un tiempo: la muestra contundente de que la gloria es para los que se atreven y que Faith Kipyegon encarna lo mejor que tiene este deporte

Faith Kipyegon sonríe tras completar la milla.

Breaking4 fue apenas el comienzo, no sólo porque ella misma ha dicho que volverá a intentarlo, sino porque detrás de las pantallas muchas niñas vieron esto. Quizá no sabían exactamente lo que estaba ocurriendo, quizá no entienden de paces, materiales aerodinámicos o placas de carbono todavía, pero una cosa sí les quedó clara: frente a ellas estaba una mujer que se había esforzado al máximo y miles de personas habían acudido ahí para verla y alentarla. Esa imagen vale más que cualquier récord. Ese es el legado de Breaking4.

Puedes ver el intento haciendo click aquí.

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