En la mente de muchos, la idea de éxito deportivo suele asociarse con personas que despiertan antes del amanecer y entrenan intensamente mientras el resto del mundo duerme. Madrugar parecería ser una condición indispensable para conseguir grandes logros. Pero, ¿en verdad es así? ¿Qué opina la ciencia de esto? Lo investigamos.
Lo primero que hay que decir, aunque parezca un obviedad, es que lo más importante es entrenar, no importa si es en la mañana o noche. No es sólo una cuestión de alcanzar objetivos de rendimiento o modificar la apariencia, sino de mejorar la salud. Pero para aquellos que ya tienen el hábito de hacer ejercicio todos los días, resulta útil pensar en el mejor momento para agendar sus sesiones con el objetivo de maximizar los beneficios. Te contamos cuáles son las ventajas de ambas opciones.
Ventajas de entrenar en la mañana
- La primera y más grande es que promueve la adherencia al plan de entrenamiento. Si tienes la voluntad de despertar temprano y dedicarte cuanto antes a cumplir con esta tarea, no tienes que preocuparte durante el resto de día por algún imprevisto que modifique tu agenda y te impida entrenar (tienes que salir más tarde del trabajo, te invitan a una cena, etc.).
- Comienzas tu día lleno de energía. El ejercicio te despierta y revitaliza. Una sesión matutina seguida de un baño y desayuno te preparan para lo que sea que te arroje la jornada. Mientras los demás están bostezando tú ya estás completamente activo.
- Si buscas perder peso esta podría ser la mejor opción. Un estudio de la Universidad Brigham Young encontró que las personas que realizaron 45 minutos de ejercicio moderado a vigoroso en la mañana tuvieron menos antojos.
Ventajas de entrenar en la tarde/noche
- Te permite liberar la presión. A lo largo de la jornada la mayoría de nosotros acumulamos estrés, ya sea en el terreno laboral o el familiar. La mejor forma de eliminarlo es mediante la actividad física. Durante una sesión de HIIT no tienes tiempo para pensar en la junta de la mañana o el recibo de la luz, tienes que estar completamente presente.
- Tus músculos están mejor preparados para la acción. Un estudio del Scandinavian Journal of Medicine & Science in Sports revela que la temperatura corporal se eleva a lo largo del día, esto incrementa la contractibilidad muscular, es decir la capacidad de los músculos de funcionar. Lo mismo ocurre con la capacidad de generar fuerza. Es como si el día funcionara como un calentamiento para tu sesión nocturna.
- Tu tiempo de reacción es mejor. De acuerdo con una reseña de la Dra. Carolyn B. Hines del Center for Human Growth and Development en Indiana, EEUU, es durante la noche cuando tu capacidad de reaccionar ante los estímulos llega a su pico. Si tu entrenamiento involucra movimientos complejos como levantamientos olímpicos o ejercicios pliométricos y balísticos, esto es precisamente lo que necesitas.
El momento ideal para ti
Ahora que conoces las ventajas que ofrece cada una de estas opciones hablemos del criterio más importante para decidir cuándo agendar tus sesiones de entrenamiento si lo que buscas es optimizar tu rendimiento: se trata de tu cronotipo, también conocido como fenotipo circadiano.
Por cuestiones genéticas que escapan de nuestro control, estamos predeterminados para rendir mejor ya sea en la mañana –a estas personas se les conoce como alondras–, o en la noche. A estos últimos se les llama búhos. Esto depende del ritmo circadiano (un proceso interno que determina cuándo te sientes alerta y cuándo debes descansar).
Para identificar tu cronotipo, responde este cuestionario diseñado por el Laboratorio de Cronobiología de la Universidad de Murcia en España.
¿Qué tan importante es el ritmo circadiano? Este ritmo tiene un impacto tanto en tu presión sanguínea como en tus niveles hormonales, ritmo cardiaco y temperatura, de manera que no debería ignorarse.
¿Puedes entrenar bien y tener éxito durante la noche si eres una alondra? Claro, pero no es el momento óptimo para ti. Si quieres extraer cada onza de potencial de tu cuerpo tu mejor apuesta es ejercitarte o competir en la mañana. En el caso de los búhos, harían bien en agendar sus sesiones durante la tarde o noche. Ir contra tu cronotipo podría provocar una reducción de hasta 26% en el rendimiento, según lo publicado en Current Biology.
¿Eres entrenador? Toma esta variable en cuenta al presentarle un plan de trabajo a tus clientes para optimizar no sólo su rendimiento, sino su descanso.
En conclusión, lo mejor que puedes hacer por tu rendimiento es tomar en cuenta si eres un búho o una alondra. Si tu horario y responsabilidades te impiden entrenar en el momento que sería óptimo para ti no te preocupes, igualmente progresarás rumbo a tus objetivos y podrás tomar ventaja de los beneficios que ofrecen ambas opciones. ¿Tú qué prefieres, entrenar en la mañana o en la noche?
En resumen
Entrenar por la mañana ofrece beneficios como facilidad de adherencia a un plan de entrenamiento y reducción de los antojos. Hacerlo por la tarde o noche mejora tu capacidad de reacción y te permite liberar la presión. Si quieres saber cuál de estas opciones es mejor para ti según tu perfil genético, completa el cuestionario que te presentamos en este artículo, revelará cuál es tu cronotipo: alondra o búho.
