En el mes de febrero, se llevó a cabo la undécima edición del Pain Cave Club (si no sabes qué es esto, haz click aquí). A diferencia del resto de sesiones, esta vez sí le revelamos a los participantes lo que harían. La razón es que hubo múltiples variantes y horas de inicio, pero todas giraban en torno al mismo concepto: el Murphathon. A continuación te explicamos qué es esto, cómo funciona y cómo podrías replicarlo tú mismo si no asististe a la sesión no. 11 del PCC.
EL primer ingrediente: Murph
En el mundo del CrossFit y el fitness en general, hay un workout que inspira respeto y que se utiliza para medir no sólo la capacidad física, sino la fortaleza mental de los sujetos. Se trata de “Murph”. Se llama así en honor al teniente de la marina estadounidense Michael Murphy, muerto en Afganistán en el año 2005. Este entrenamiento, que Murphy realizaba como parte de su preparación, originalmente se llamaba “Body Armor”, pero tras su muerte recibió el apodo de “Murph”.
Consiste en lo siguiente:
- Correr una milla (1,609 m o 4 vueltas a una pista de atletismo)
- 100 dominadas
- 200 lagartijas
- 300 sentadillas
- Correr una milla
*Todo portando un chaleco de 20 lbs (14 lbs para las mujeres)
Variantes a elegir
No todos los atletas cuentan con la preparación para enfrentarse a Murph en este formato, pero eso no significa que no puedan realizar una versión que los lleve a su límite personal. Además de la mencionada arriba, que se conoce como “Murph Rx”, puedes optar por esta otra opción:
Murph partitioned (formato Cindy)
- Correr 1 milla (1.6 km o 4 vueltas a una pista de atletismo)
- 5 dominadas / 10 lagartijas / 15 sentadillas (x20)
- Correr 1 milla
Para completar Murph de forma satisfactoria se necesita fuerza, resistencia muscular y capacidad cardiorrespiratoria. Es un entrenamiento muy completo. Sin embargo, en el Pain Cave Club queríamos llevarlo aún más lejos. Es así como surge el “Murphathon“:
El segundo ingrediente: maratón
Como habrás adivinado ya, “Murphathon” es la combinación entre “Murph” y “Marathon”. Esto último se refiere, por supuesto, a la distancia más icónica en el running: el maratón, que consiste en 42.195 km.
Esencialmente, se trata de hacer un sándwich en el que Murph está en el medio, flanqueado en cada lado por medio maratón. Es decir que la prueba queda así:
- 21 km (13 millas, la última de las cuales se corre con chaleco)
- 100 dominadas
- 200 lagartijas
- 300 sentadillas
- 21 km (13 millas, la primera de las cuales se corre con chaleco)
¿Por qué demonios harías algo como esto?
Porque la mayoría de nosotros evitamos activamente ponernos en situaciones que nos hagan sentir vulnerables. Nos agrada lo conocido; aquello que se encuentra dentro de nuestra zona de confort. Cuando vemos a alguien hacer algo extraordinario, de inmediato pensamos en razones por las que esa persona lo tiene más fácil que nosotros (“Es que él va al mejor gym de la ciudad”. “Es que ella tiene buena genética”) y en justificaciones para no correr el riesgo de intentarlo (“Si no tuviera mal la rodilla, obvio lo haría”. “En el 2024 seguro, pero es que ahorita tengo mucha chamba”).
Este reto, y el Pain Cave Club en general, son una forma de motivarnos a correr el riesgo, a lanzarnos y ver qué sucede. Nos permiten descubrir que somos mucho más capaces de lo que nosotros mismos creemos.
¿Cómo funcionó la edición no. 11 del Pain Cave Club?
Algunos de los participantes realizaron únicamente Murph, otros añadieron 5 o 10 km antes y después. El editor de WRP, quien ahora escribe estas líneas, fue quien realizó el reto completo: 21K + Murph + 21K.
El punto es que cada persona llegó a su propio límite y se marchó satisfecha por haberlo dado todo. Ese es el espíritu del Pain Cave Club.
El calzado elegido: Nike Invincible 3
Por la naturaleza del evento, lo que buscábamos era muy buena amortiguación y soporte, considerando, sobre todo, que dos de las 26 millas del reto se correrían con un chaleco de 10 kg. Se requería un calzado que se sintiera cómodo durante cinco horas o más. Finalmente, un upper transpirable también sería esencial para obtener comodidad durante la prueba. Todos esos elementos se encuentran en el mismo modelo: Invincible 3 de Nike.
Están pensados para quienes hacen distancias largas pero no necesariamente para romper récords de velocidad. Incluso si acostumbras usar tenis con placa de carbono, te convendría reservar esos para tus competencias y hacer tus tiradas largas con un calzado como este. Además, el nombre del calzado no podría quedarle mejor al proyecto, con el que buscamos demostrar que invencible es cualquiera, siempre y cuando continúe avanzando, a pesar de las dificultades.
¿Cómo se siente realizar un Murphathon?
Completar Murph y un maratón en una sola sesión no es sencillo y si te planteas hacerlo tienes que saber que te va a doler y no hay forma de evitarlo. Por mucho que entrenes previo al reto, la realidad es que se trata de un volumen enorme de trabajo, así que la fatiga y el dolor muscular van a aparecer tarde o temprano.
Lo más duro para mí fue el cansancio de los trapecios después de portar el chaleco durante Murph y el desgaste de los cuádriceps en la parte final del segundo 21K. Hubo un momento en que parecía que llegarían los temidos calambres, pero afortunadamente nunca se manifestaron del todo.
Los maratonistas suelen temerle al “muro”, así se conoce al punto alrededor de los 32 km, cuando el cuerpo se queda sin glucógeno y el corredor se ve forzado a bajar el ritmo. Dependiendo de qué tan rápido seas, esto podría suceder entre las 2 horas y media y las 3 horas y media si no haces un esfuerzo por reabastecer tus reservas de glucógeno a través de geles, gomitas o fruta.
Tomando en cuenta que este reto duraría por lo menos cinco horas, la nutrición fue clave para evitar llegar a ese punto. El protocolo fue consumir un gel cada 35 minutos y alternar entre agua y una bebida deportiva (que también tiene carbohidratos), cada 2 km. También consumí dos plátanos durante la sesión. Si alguna vez has hecho algo como esto, sabes que llega un momento en que lo último que quieres hacer es comer, pero debes forzarte a hacerlo. Es eso o quedarte sin energía por completo.
Lo más emocionante de todo el evento fueron las últimas vueltas, donde muchos de los participantes se unieron para brindarme aliento. Es, sin exagerar, uno de los momentos más emotivos que he experimentado. Al final, se cumplió el objetivo: 100 vueltas a la pista de atletismo en el carril 4 (este mide 422 m para un total de 42,200 m), ocho de ellas con chaleco de 10 kg y, también con chaleco, 100 dominadas, 200 lagartijas y 300 sentadillas.
Al hablar sobre esto previo a realizarlo, dije en Instagram que sería el workout más duro de mi vida. Así fue. Si bien no tengo intenciones de repetirlo, quedará por siempre en mi memoria como un gran experimento de fortaleza física y, sobre todo, mental.
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A partir de marzo, volveremos al formato de no revelar en qué consiste el reto del mes. Si quieres ver lo que hemos hecho en las 10 sesiones previas, haz click aquí. Si quieres saber más al respecto, mándanos un mensaje directo vía Instagram.